La obstrucción lagrimal en el recién nacido es una falta de canalización en la vía lagrimal. Se trata de una afección relativamente frecuente: hasta un 50% de los bebés presenta este problema.
Afortunadamente, el desarrollo del canal lagrimal se completa luego del nacimiento, y sólo en el 5% de los pacientes se observa este problema después de los 2 meses de vida.
Durante el primer año de vida, las posibilidades de que el canal lagrimal se desobstruya espontáneamente son muy altas y dependen de la edad del niño: a los 3 meses de edad, tiene 80% de posibilidades; a los 6 meses, 70%, y a los 9 meses, 52%.
Los síntomas más comunes son el lagrimeo y las secreciones en los párpados y las pestañas.
El pediatra indicará masajes del saco lagrimal y decidirá que casos ameritan antibiótico en gotas y evaluación por el oftalmólogo.